Leyenda de la Silla del Diablo en Pátzcuaro
Mitos y leyendas de Pátzcuaro
Así lo cuenta una leyenda que en remotos tiempos había (y todavía existe) un venero de agua a media cuesta de la actual calle de Navarrete casi llegando a la de Lerin y que brotaba agua dulce y cristalina, pero un día vieron aparecer al diablo y misteriosamente el agua adquirió un olor y sabor no muy agradable.
Los vecinos dieron parte a las autoridades eclesiásticas, y sobre el Pilancón que ya existía, construyeron una capillita (hornacina) y al interior una imagen del Arcángel Miguel, Príncipe Vencedor de las Potestades del Infierno.
Así poco a poco la calma regresó al vecindario. Sin embargo, el agua de los manantiales de San Miguel (a partir de esos hechos así se conoce ese venero) el agua sigue conservando un sabor no muy bueno.
Mientras tanto, se dice que llegaron a ver al diablo merodeando de lejos pues no podía acercarse por la presencia de la imagen de San Miguel y para no cansarse se sentó en una piedra a prudente distancia de la pila, con el calor del ‘Chamuco’ la piedra se derritió adquiriendo la forma de silla. Desde entonces así se le conoce.
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