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Pátzcuaro

Leyenda del Reloj de la Compañía en Pátzcuaro, Michoacán

Entre las Leyendas de Pátzcuaro, encontrarás la Leyenda del Reloj de la Compañía

El Templo de la Compañía está ubicado a un costado del Centro Cultural Antiguo Colegio Jesuita, en la calle de Enseñanza esquina con Portugal.

Este antiguo templo data del siglo XVI, fue construido entre 1540 y 1546, fungió como Catedral Provisional de 1546 y 1565, año que pasó a manos de los Jesuitas.

La Torre de este Templo tiene un viejo reloj el cual tiene su leyenda. Con el paso del tiempo, a través de la tradición oral ha permanecido esta Leyenda del Reloj de la Compañía, transmitiéndose de generación en generación.

De acuerdo con el libro de quien fuera del Cronista de la Ciudad, Enrique Soto González (Q.E.P.D), “Leyendas de Pátzcuaro”; Esta leyenda comienza en España en donde el Rey Felipe II, mandó encarcelar al Duque de Ávila, confinado en un calabozo y se le formó causa, resultando culpable de alta traición siendo condenado a la pena máxima.

Esto debería consumarse en la plaza del lugar, llevándose a cabo al dar las doce campanadas el reloj al día siguiente por la noche. Se llevaron a cabo todos los preparativos, pero al día siguiente el reloj únicamente tocó once campanadas y el reo, fue enviado de regreso a prisión. Al día siguiente sucedió lo mismo, posponiéndose nuevamente su ejecución y al siguiente día volvió a suceder lo mismo.

La gente se preguntaba cuál era el significado de aquel suceso. Al llegar la noticia al rey, quiso cerciorarse de lo anterior asistiendo la noche siguiente a la plaza; en donde volvió a pasar lo mismo, el reloj sólo tocaba once veces. Al ver esto el monarca decidió otorgar el indulto al Duque de Ávila, conmutando la pena capital por el destierro y pensando que había algo que escapaba del poder humano para que el reo no muriese.

El reloj fue también fue desterrado a la Nueva España para que el Virrey lo entregara a una nueva ciudad. Así este reloj llegó a Pátzcuaro, posteriormente el Duque de Ávila llegó a México y como había visto tan cerca la muerte, prometió revestir al reloj de oro y plata, colocándolo en un marco de cantera.

Cuando finalmente el Duque de Ávila supo el destino del reloj y se dirigía a Pátzcuaro, fue asaltado y encadenado para robarle sus bienes. En un momento de distracción el Duque trato de huir cayendo en el río que pasaba por el lugar, muriendo ahogado al sonar la doceava campanada a la media noche, quedando incumplida la promesa que le hiciera al reloj que le salvo la vida.

En Pátzcuaro se decía que, al dar las doce campanadas de la media noche, aparecía un hombre sujeto con cadenas que recorría las calles y se precipitaba luego al río subterráneo.

Fuente
mansioniturbe.blogspot.com
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