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Noticias de Michoacán

La Tuta: Sacan a la luz audio desconocido de Servando Gómez

Doce policías federales (11 hombres y una mujer) que dependían del jefe de la División Antidrogas, Ramón Pequeño, habían llegado a Michoacán para seguir el rastro de La Tuta.

La División de Inteligencia había detectado que en ese lugar vivía la madre del capo. Se hicieron pasar por estudiantes de la Normal de Arteaga y los jóvenes agentes lograron rentar una casa contigua.

Sin embargo, los agentes fueron descubiertos. Según esto, la madre del capo vio entrar a uno de los agentes con un arma y se lo comunicó a su hijo (La Tuta).

Esa noche, patrullas de la policía municipal golpearon la puerta de la casa. Los agentes sabían qué significaba aquello y se lo reportaron por teléfono a sus superiores. Presuntamente, con ayuda de los policías municipales, los sicarios que acompañaban a La Tuta sometieron a los federales.

En Michoacán, ninguno de los destacamentos de la Policía Federal sabía de la presencia de los agentes. Cuando se recibió su llamada, y cuando la intervención telefónica hecha a La Tuta reveló que los elementos se hallaban ya en manos de La Familia Michoacana, los altos mandos de la Policía Federal fueron informados.

Un convoy que iba hacia Pátzcuaro fue desviado a Arteaga: se dijo que helicópteros de la Federal partieron hacia allá. En uno de los reportes se afirma que hubo contacto entre uno de sus jefes y la única agente que formaba parte del grupo. Alguien habría hablado con los sicarios para pedirles que no le hicieran daño a los federales. Pero, según ese reporte, los de la Familia cortaron la comunicación y no volvieron a responder.

A la mañana siguiente toda la policía municipal de Arteaga fue aprehendida. Quienes habían acompañado a La Tuta confesaron que los federales fueron entregados a la gente del Chayo en Tumbiscatío. Al día siguiente los cuerpos aparecieron apilados en la Autopista Siglo XXI. Estaban semidesnudos y con signos brutales de tortura. “Los estamos esperando”, decía un letrero que La Familia Michoacana dejó a un lado de los cuerpos.

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