Japón regresa a la caza de ballenas tras más de 30 años
Japón reanuda la caza comercial de ballenas en sus aguas después de casi 32 años de interrupción

Japón reanudó la caza comercial de ballenas en sus aguas, una práctica que oficialmente no llevaba a cabo desde hace casi 32 años y que motivó que el país abandonara la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que veta la cacería de esos cetáceos.
Dos barcos balleneros y un buque-factoría zarparon hoy desde el puerto de Shimonoseki, en la costa oriental de Japón, donde fueron despedidos por los vecinos, autoridades locales y nacionales y se organizó una ceremonia para desear suerte a los pescadores.
Otros cinco pesqueros partieron desde Kushiro, en la isla septentrional de Hokkaido, para iniciar una campaña ballenera que durará un semestre y para la que la Agencia Pesquera de Japón ha fijado una cuota máxima de 52 ballenas de la especie Minke, 150 de rorcual Bryde y 25 de rorcual común.

La caza de ballenas ha deparado críticas de parte de la comunidad internacional e incluso una sentencia de la Corte de la Haya en contra de Japón, que defiende esta actividad pesquera como parte de su tradición y por su importancia económica pese al escaso consumo que se da actualmente en el país de la carne de cetáceo.
El consumo de carne de ballena en Japón se situó en los últimos años en unas 5 mil toneladas, una cantidad abastecida principalmente con importaciones y muy lejos de las 230 mil toneladas anuales que se alcanzaron en el pico de la demanda en la década de 1960.
La carne de ballena, que se consume en el archipiélago nipón en sashimi (cortes crudos), rebozada o cocida, fue un alimento muy apreciado en el Japón de posguerra por su bajo coste y alto valor nutricional.